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17 de diciembre, 2019

Por

 chematrix

Funk You! Un poema al Funk

Unas trompetas suenan, es una señal de irremediable alegría, aunque sean fúnebres, aunque sean marciales, siguen siendo frecuencias brillantes, siguen prendiendo nuestro sentido auditivo e inconscientemente nuestro cuerpo vibra, el funk germina nuestra mente.

Letras que dicen fácilmente cosas que siempre habíamos querido decir y un ritmo amable que te hace sentir vivo, que te pasa rápidamente del automático y repetitivo pop al estándar y ecléctico compás musical.

Para los iluminados que han aprendido que las penas con funk son menos aquí les dejo este blog post.

El funk tiene sangre negra, perfume latino, ciudadanía norteamericana, sus parientes más cercanos son: el soul y el jazz, aunque también hay que mencionar a su tía política la rumba y es potencialmente fértil pues, ha regado su sangre rítmica en infinidad de géneros musicales que se han visto en la historia  y hasta en los que aún están por nacer.

Colores vivos, voces atmosféricas y sensuales que algún día llegaron a ofender a las clases conservadoras, tal vez en un inicio se le prejuzgó por venir de un ambiente nocturno, pero sabemos que la sinceridad muchas veces fluye al calor de unos alcoholes.

Todos tenemos un pasado que tal vez no nos deja vivir nuestro presente y complica nuestro futuro pero, cuando tomamos las cosas con calma, nos relajamos y tratamos de vivir en el presente (cosa que les juro es muy difícil hacer) nos damos cuenta que la única forma de no preocuparse es ocupándose y ¿sino podemos hacer nada? Es estúpido sufrir de más.

El funk con un pasado oscuro como el de una taberna llegó a ser tan exclusivo como la alfombra roja de un club VIP y sus raíces ya mezcladas con otros géneros llegaron a Hollywood en 1991 con «blood sugar sex magic» de los RHCHP.

Reinventándose, mezclándose con otros géneros y de mil formas el funk sigue siendo la esencia musical de muchos y una forma de vida de otros más.

Este post “no es un especial de funk”, no es para puristas del género, no es un documento digital que sirva como fuente para una investigación musical, es sólo una manifestación emocional que siente su servidor por esa forma de hacer música, por su atención muchas gracias, ¡funk you!

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